El silencio en las fotografías es prácticamente inevitable, es parte de su ser, de su mundo y de su imaginería. El silencio es a las fotografías lo que son los sueños a la realidad, una proyección de lo irreal, un camino hacia otros mundos, hacia un infinito que sabemos ilusorio y al que jamás llegaremos, al que nuestra integridad jamás tendrá acceso. Podemos imaginárnoslos, los silencios y los sueños, pero no podemos hacerlos realidad nosotros mismos, solamente otros pueden vivirlos.